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Con la llegada de Adith Romero a la dirección Nacional de la Unidad para las Víctimas, Barrancabermeja sigue fortaleciendo su presencia a nivel nacional, esta semana, cuatro nuevos liderazgos locales se sumaron a su equipo directivo: Con trayectorias construidas desde lo local y en el Gobierno del Centenario de Alfonso Eljach, hoy asumen roles estratégicos llevando la voz de la ciudad y del Magdalena Medio al centro de la política pública para las víctimas.

Carlos Arturo Vásquez Aldana, como jefe de la Oficina Asesora Jurídica, es un abogado con sólida trayectoria institucional en la Personería, Contraloría y Aguas de Barrancabermeja. Su enfoque ha estado en la transparencia, el control disciplinario y la formulación de políticas públicas desde lo jurídico, en el Gobierno del Centenario lideró procesos claves de legalidad y transparencia.

Katerine Gómez Jiménez, asesora nacional, llega con una hoja de vida marcada por la pedagogía, la gestión cultural y el trabajo en derechos humanos. Estuvo al frente del Instituto para el Deporte y la Recreación – INDERBA y de la Secretaría de Cultura, Turismo y Patrimonio en la administración de Eljach. Su trayectoria en educación, proyectos sociales, arte, paz y convivencia la posicionan como una de las voces más integrales del nuevo equipo.

Alix Aguilar Tirado, designada como directora nacional de Asuntos Étnicos, es profesional en psicología, con más de 15 años en atención psicosocial, justicia restaurativa de víctimas del conflicto armado, especialmente en el Magdalena Medio y el nororiente colombiano, en donde ha acompañado procesos comunitarios de alto impacto en contextos vulnerables.

- Olga Wandurraga Corzo, secretaria ejecutiva del despacho del director general, es un símbolo de superación. De ser cocinera en el antiguo hotel Pipatón, hoy es ingeniera industrial y parte del círculo estratégico de la entidad, con una historia de vida que refleja el espíritu del servicio público transformador.
Este equipo representa una conquista colectiva: son liderazgos que nacieron desde las comunas, se forjaron en el gobierno local y hoy marcan el rumbo de la política nacional de atención a las víctimas. Su presencia es una oportunidad para Barrancabermeja de tener voz directa en los procesos de reparación, equidad y reconciliación.