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El hurto de energía continúa siendo un problema crítico en el Departamento, con graves impactos económicos y riesgos para la seguridad de la comunidad. Según cifras de la Electrificadora de Santander (ESSA), en 2024 se perdieron 175 gigavatios hora (GWh) de energía, valorados en más de $160 mil millones en energía no facturada.
A mayo de 2025, ya se registran 80 GWh adicionales hurtados, lo que representa un impacto cercano a los $72 mil millones. Barrancabermeja concentra el 52% de las pérdidas en el área de influencia de la empresa, seguido por San Pablo Sur de Bolívar (16,6%) y Puerto Wilches (5,4%).
En lo corrido del año, ESSA ha realizado más de 32 mil revisiones dentro del programa de Gestión y Control de Pérdidas, detectando 11.733 casos de fraude y anomalías, en su mayoría en el sector residencial.
La empresa resaltó que, pese a la persistente cultura de ilegalidad, cada mes se reciben más de 310 denuncias ciudadanas, lo que ha permitido identificar irregularidades y proteger la red eléctrica.
Como parte de su estrategia de mitigación, ESSA ha implementado blindajes especiales en redes, medición inteligente, macro medición telemedida y normalización del servicio en sectores vulnerables, con especial énfasis en el área metropolitana de Bucaramanga y el Magdalena Medio.
Asimismo, se activa la campaña “En la Jugada, robar energía tiene consecuencias”, que busca sensibilizar sobre los riesgos del fraude y promover el uso legal del servicio.
ESSA recordó que el hurto de energía es un delito que afecta la calidad del servicio y pone en riesgo la vida, e invitó a la ciudadanía a denunciar a través de la línea gratuita 01 8000 97 19 03.