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Gracias a la Fifa por aumentar el número de equipos para la próxima Copa del Mundo, es lo que debe estar pensando la Selección Colombia. Solo gracias a ese factor se puede explicar que un equipo al que se le olvidó ganar (no lo hizo en cinco de los últimos seis juegos) esté hoy en zona de clasificación directa a Norteamérica 2026.
Colombia tuvo noche desastrosa este martes, al regalar una ventaja de dos goles y resignarse a un empate 2-2 en Barranquilla contra Paraguay.
El equipo que hoy dirige Néstor Lorenzo está en el mismo lugar en el que terminó el de Reinaldo Rueda a comienzos de 2022: es sexto, ahora con 20 puntos.
No solo le ayuda el formato de las actuales clasificatorias, sino también que los de abajo están muy, pero muy colgados: le lleva cinco puntos a Venezuela, seis a Bolivia y diez a Chile y Perú, a falta de 12 puntos por jugar. Con ese panorama, la clasificación sigue siendo más que viable.
El lío es el apagón de juego y puntos que ha tenido la Selección. Y que, además, va a tener que enfrentar a tres de los cuatro últimos de la tabla. En junio, Perú visitará el estadio Metropolitano y ahí será obligatorio ganar. Y luego, en esa misma fecha doble, habrá que visitar al campeón del mundo, Argentina, ya clasificado, que este martes le pasó por encima a Brasil.
En septiembre, contra Bolivia en el Metropolitano, se podrían conseguir los otros puntos que debe conseguir Colombia para no tener que llegar a la última jornada de las clasificatorias dependiendo de alcanzar puntos de visitante contra Venezuela.
El camino al Mundial sigue firme. Si no está resuelto es por culpa de la propia Colombia, a la que se le perdieron el juego, los puntos y, lo más grave, la confianza.
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