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La situación económica que enfrentan varias clínicas privadas en Barrancabermeja prende las alarmas del sector salud. Representantes de cuatro reconocidas instituciones entre ellas, las clínicas Magdalena, Reina Lucia, San José y San Nicolás, manifestaron ante el Consejo Territorial de Paz que están al borde de declararse en crisis financiera, con deudas que superan los 75 mil millones de pesos.
Durante la sesión del consejo, los gerentes de las entidades expresaron su preocupación por la sostenibilidad de sus servicios. El déficit económico que arrastran desde hace varios años amenaza con afectar seriamente la prestación de atención médica, así como el cumplimiento de obligaciones laborales y contractuales.
“La situación es crítica. Tenemos cuentas por cobrar que no se saldan y compromisos que crecen cada mes. Si esto continúa así, muchos servicios podrían suspenderse y nos veríamos obligados a reducir personal”, señaló el Dr. Luis Fernando Castro, representante de la Clínica Magdalena. “Esta crisis no solo golpea a las instituciones, sino que pone en riesgo la salud de miles de barranqueños que confían en nuestras clínicas”.
La incertidumbre se siente en la comunidad, especialmente entre pacientes que requieren atención constante. La eventual caída del sector privado implicaría una carga adicional para los centros públicos de salud, que ya operan con limitaciones.

“Estamos muy preocupados. Lo que escuchamos hoy en el Consejo Territorial de Paz nos obliga a tomar medidas inmediatas. Si no se actúa, la ciudad podría enfrentarse a una emergencia sanitaria silenciosa”, advirtió David Ravelo, uno de los líderes del Consejo Territorial de Paz. “El acceso a la salud es un derecho, y garantizarlo debe ser prioridad de todos los niveles de gobierno”.
Los representantes de las clínicas hicieron un llamado urgente al Gobierno Nacional, al Ministerio de Salud y a las autoridades locales para que se activen mecanismos de apoyo financiero, flujo de recursos y ajustes en los procesos de pago por parte de EPS e intermediarios.
La salud no puede esperar. La crisis que viven las clínicas privadas de Barrancabermeja es una alerta temprana de una posible fractura en el sistema, que requiere soluciones inmediatas, voluntad política y articulación interinstitucional.